En varios aspectos, la linea Yurikamome se parece al ferrocarril que, en el aeropuerto de Barajas, lleva desde la T4 a su edificio satélite. Ambos son ferrocarriles automatizados, en los que no hay presencia alguna de personal en los vagones. Ambos circulan sobre ruedas neumáticas, rodando sobre una plataforma de hormigón. Y ambos tienen una cierta tendencia a vibrar y dar bandazos inesperados en las curvas. Aunque también tienen sus diferencias. La linea de Barajas circula por un túnel, con una longitud que apenas supera los dos kilómetros. Por contra, Shinkōtsū Yurikamome va al aire libre, casi siempre por una plataforma elevada sobre las calles de Tokio. Buena parte de sus 14,7 kilómetros ofrecen unas vistas muy interesantes. También es distinta la disposición interna de los vagones. Mientras que en Barajas es muy similar a lo que podría ser un vagón de metro, en Tokio responde más a la de un ferrocarril de cercanías.
Desde sus orígenes en 1995, el destino de Yurikamome ha estado íntimamente ligado al de la isla de Odaiba. Cuando ésta parecía destinada al fracaso, tras desinflarse la burbuja inmobiliaria de Japón, hubo serias dudas sobre la viabilidad de la línea. La popularidad del ferrocarril creció cuando la isla pasó de ser un fallido distrito de negocios y viviendas a uno de los epicentros del ocio en Tokio. El número anual de viajeros se multiplicó por seis, a la vez que la linea se convertía en una atracción turística por méritos propios.
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Habíamos utilizado el Yurikamome durante la noche, para regresar de nuestra visita a la isla de Odaiba. El trayecto había sido interesante, pero no pensábamos repetirlo. El cambio de planes que provocó encontrar cerrados los Jardines del Este del Palacio Imperial nos llevó de nuevo a sus inmediaciones. Tras terminar la visita a Hamarikyu, nos pareció una buena idea volver a recorrer al menos una parte de la linea.
Subimos al Yurikamome en la estación de Shiodome, a un paso de la salida del jardín, al filo de la una de la tarde. No teníamos claro el volumen de pasajeros que, a esa hora, llevarían los trenes, por lo que decidimos dejar nuestro destino al albur de las circunstancias. Las estaciones del Yurikamome se ubican entre las dos vías de la linea. Si el primer convoy con dirección a Odaiba llegaba lleno, nos iríamos directamente a Shimbashi y de allí al centro de Tokio. Para nuestra sorpresa, el tren que apareció iba prácticamente vacío. Mejor aun, dos de los asientos de la parte frontal del primer vagón, los que ofrecen las mejores vistas, estaban libres. Shimbashi tendría que esperar.
Nuestro plan inicial era cruzar el puente hasta Odaiba y allí cambiar de tren para regresar al centro de Tokio. Al final, recorrimos la linea completa, hasta la estación de Toyosu. Allí nos limitamos a recorrer el tren de extremo a extremo, para volver a ocupar los mismos asientos, pero en la parte contraria del convoy, ahora convertida en su cabecera. Los vagones iban de nuevo vacíos, aunque en el trayecto de vuelta comenzaron a llenarse a partir de las estaciones de Telecom Center y, sobre todo, de Daiba. Visto retrospectivamente, creo que tuvimos la suerte de acertar con una hora valle.
En mi opinión, las partes más interesantes del recorrido son las inmediaciones de Shiodome, cuando el Yurikamome va en paralelo a las lineas de ferrocarril de Tōkaidō, Yamanote y Keihin-Tōhoku, seguido del trayecto comprendido entre las estaciones de Shibaura-futō y Daiba. La rampa de acceso al puente Rainbow, con un giro ascendente de 270 grados, ofrece unas vistas magníficas sobre el entorno de la bahía. La travesía del puente, por el interior de la estructura metálica de éste, es tan extraña como hipnótica. Una vez en Odaiba, destacan sus futuristas edificios de oficinas. La linea también cruza por dos veces sobre la autopista Bayshore, una de las grandes arterias del área metropolitana de Tokio.
Más allá de Daiba, el entorno se vuelve cada vez menos atractivo. Tras pasar junto a las obras de la futura Terminal Internacional de Cruceros de Tokio y varios edificios de oficinas, la plataforma del Yurikamome se acerca a la inmensa lonja de Toyosu, famosa por su tamaño y sus subastas de atún. Pero, desde nuestros asientos en la cabecera del tren, el mercado de pescado no era más que una interminable sucesión de naves industriales. El menor interés del entorno lo compensamos centrándonos en los vericuetos del funcionamiento del tren. Además de su operativa automática, me intrigaba el motivo por el que se había elegido utilizar ruedas neumáticas rodando sobre hormigón en lugar de las tradicionales ruedas sobre railes de acero, energéticamente más eficientes y con un funcionamiento mucho más suave. La única explicación que pude deducir fue que las ruedas de goma ofrecen mayor adherencia, lo que hace posible pendientes más pronunciadas, menores radios de giro y, sobre todo, frenadas mucho más cortas. Puede que esto último sea un factor determinante en un sistema guiado por ordenador.
Finalizamos el itinerario en Shimbashi, pasadas las dos de la tarde. El recorrido Shiodome – Toyosu – Shimbashi nos llevó un total de setenta minutos. Como nota curiosa, al pagar con la tarjeta Suica el sistema asumió que habíamos realizado tan solo el trayecto Shiodome – Shimbashi y nos descontó 185 yenes (aproximadamente 1,50 €) del saldo. Además de entretenido, fresco y descansado, el recorrido acabó siendo casi un regalo.
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En https://depuertoenpuerto.com/tres-dias-en-tokio/ se puede ver nuestra estancia completa, de tres días, en Tokio.
En inglés, la web oficial del Yurikamome está en https://www.yurikamome.co.jp/en/.
En Japan Visitor se puede consultar un post con información práctica: https://www.japan-experience.com/plan-your-trip/travel-by-train/getting-around-tokyo/discover-tokyos-automated-yurikamome-line-your-scenic-link-to-odaiba-and-toyosu.
La página del gobierno japonés tiene una entrada sobre la linea, breve pero interesante: https://www.japan.go.jp/tomodachi/2016/spring-summer2016/yurikamome.html. En la misma web, se puede descargar la versión en español desde https://www.japan.go.jp/tomodachi/_userdata/pdf/2016/ss2016es/30-31es.pdf.