Para cualquier aficionado a los barcos y la navegación, visitar un puente de mando es una experiencia llena de interés. Uno de los alicientes de navegar en un barco de Ponant es precisamente su política de «puente abierto». Con contadas excepciones, el puente de sus barcos está a disposición de los pasajeros que lo quieran visitar. Basta con acercarse y llamar a la puerta, que incluso en algunas ocasiones está directamente abierta. Una vez dentro, lo único que exigen es comportarse con un mínimo de cortesía. Por supuesto, no tocar nada, ni distraer a la tripulación. Tampoco está permitido grabar video, aunque si hacer fotos. Por lo demás, es posible moverse por el puente con total libertad.

Navegando por el Canal de Corfú

Navegando por el Canal de Corfú.

Mi primera visita al puente fue durante la navegación rumbo a Itaca. Mi única referencia anterior era el puente de mando del Eurodam, que había visitado brevemente un par de años atrás. En comparación, el puente de Le Lyrial me pareció bastante mas reducido. También me llamó la atención lo relativamente bajo que estaba. Pero apenas tuve tiempo de visitarlo tranquilamente. No llevaba ni un minuto en su interior, cuando el sistema AIS comenzó a emitir una señal de alarma. Estábamos en rumbo de colisión con el Oneiro, un yate de lujo que navegaba hacia el norte. En teoría, esa es una de las pocas ocasiones en las que un pasajero no puede estar en el puente. Me quedé en un rincón, intentando hacerme invisible, mientras la tripulación, absorta con sus obligaciones, se olvidó de mi presencia. A pesar de que teníamos prioridad de paso, pues el Oneiro venía por nuestro babor, y de las reiteradas llamadas por radio que recibía, éste parecía no tener la mas mínima intención de alterar su trayectoria. Tras unos minutos que parecieron una eternidad, Le Lyrial viró a estribor mientras aumentaba levemente su velocidad, evitando una colisión inminente. El Oneiro pasó imperturbable a unos metros de nuestra popa. Impresionado por la profesionalidad con la que la tripulación de Le Lyrial había manejado la situación, decidí que era un buen momento para marcharme.

Carta náutica digital

Carta náutica digital.

A partir de entonces, mis visitas al puente se repitieron casi a diario, afortunadamente en momentos mas relajados. En algunas ocasiones me acompañó Olga, o coincidí con algún otro pasajero. Pero casi siempre estaba solo. O, mejor dicho, con la única compañía de los oficiales encargados de la navegación. Acostumbrados a la presencia de pasajeros, éstos tendían a ignorarlos cortésmente. Saludaban concisamente a quien llegaba al puente y seguían a lo suyo. Al fin y al cabo, estaban allí para gobernar el barco, no como guías turísticos. Por contra, era posible observar tranquilamente la increíble panoplia de instrumentos de navegación sin que se molestaran lo mas mínimo.

Navegando rumbo a Korčula

Navegando rumbo a Korčula.

Uno de los aspectos mas llamativos del puente de mando de cualquier buque moderno es la profusión de pantallas e indicadores. Desde las cartas de navegación digitales hasta el radar, pasando por el AIS, el control de los generadores o de los estabilizadores. Todo aquello que sea parametrizable está indicado en alguna parte, en muchos casos de forma redundante. La navegación siempre ha estado a la vanguardia de los avances tecnológicos. Lo cual no implica que se entregue ciegamente a ellos. El mar no deja de ser un entorno hostil, en el que los humanos estamos de paso. Por ello no es de extrañar que, simultáneamente, se sigan utilizando métodos de navegación tradicionales, como las cartas náuticas en papel, el compás o los prismáticos. Por si acaso.

Exterior del puente de Le Lyrial

Exterior del puente de Le Lyrial.

La entrada al puente de mando de Le Lyrial se encuentra en el extremo de proa del pasillo de la cubierta 5, entre los camarotes 501 y 502. Un pequeño cartel verde indica que es accesible para el pasaje, a la vez que recuerda la prohibición de beber, comer o grabar video, y ruega silencio. El puente es un espacio muy abierto y luminoso, con tres de sus paredes cubiertas por un gran ventanal, pero no demasiado amplio, al estar en buena parte ocupado por la instrumentación. Una terraza lo bordea por el frente y ambos costados, aunque su puerta no siempre está abierta. De todos modos, no ofrece mejores vistas que la terraza de la cubierta 6, situada justo por encima. Lo realmente interesante del puente es su interior. Poder apreciar en primera persona la complejidad de gobernar un barco es una experiencia que, desgraciadamente, suele ser casi imposible disfrutar a bordo de un crucero. Que Ponant lo permita es todo un detalle para los aficionados a la navegación. Y un motivo mas para viajar en sus espléndidos barcos.

Algunos vínculos útiles:
En la web CruceroAdicto se puede consultar una descripción de los principales sistemas que es posible encontrar en el puente de un crucero: https://cruceroadicto.com/puente-de-mando-de-un-barco-de-cruceros.html.

En https://www.youtube.com/watch?v=OgWZzz_8NTE se puede ver una descripción de la instrumentación de un puente de mando. No es un crucero, pero los elementos son muy similares.

En inglés, la Wikipedia tiene un magnífico artículo sobre el sistema AIS: https://en.wikipedia.org/wiki/Automatic_identification_system.

Aunque no he podido encontrar ninguno sobre el puente de Le Lyrial, no faltan los videos que muestran puentes de mando de cruceros. Hay uno especialmente largo sobre el puente del Quantum Of The Seas en https://www.youtube.com/watch?v=PrmiRnAixD8. Otro, sobre el Regal Princess, está parcialmente en español: https://www.youtube.com/watch?v=BrG1m6IzTQY.Por último, aunque sea de un mercante, muy interesante el video del magnífico canal de JeffHK: https://www.youtube.com/watch?v=Bj3_peT4u9M.