Llegamos a puerto con las primeras luces del amanecer, poco antes de las siete de la mañana. En unos minutos, estábamos atracados en el muelle Alto Fondale, muy cerca de la bocana del puerto, donde se sitúa la terminal de cruceros. En linea recta, no está muy lejos del centro histórico de la ciudad, pero hay que atravesar toda la zona industrial del puerto, así que ir andando está totalmente descartado. Eso si, una auténtica avalancha de taxis esperaba al barco a su llegada. A pesar de haber atracado a las 7:00, nuestro autobús no salía hasta una hora mas tarde. En realidad, acabó poniéndose en marcha a las 8:25. A las 10:00 estábamos cruzando el Arno.
Tras una breve visita a Florencia, a las 16:00 estábamos de nuevo en marcha. Regresamos al puerto de Livorno justo al atardecer, poco antes de las seis de la tarde, para zarpar poco antes de las 20:00, con casi sesenta minutos de retraso sobre el horario previsto. Así que una escala en Livorno de doce horas se convirtió en casi trece. Sin embargo, entre esperas y desplazamientos, únicamente tuvimos seis horas de estancia en Florencia. Entiendo que hay que disponer de ciertos márgenes y que es imposible que todos abandonemos el barco simultáneamente. Pero, con un poco de esfuerzo organizativo, podríamos haber salido a las 7:30 y regresado pasadas las 18:30, lo que nos habría dado dos preciosas horas adicionales en Florencia. Este es uno de los motivos por los que, siempre que puedo, evito las excursiones o los transportes de la propia naviera. Por desgracia, no siempre es posible.
Página oficial del puerto de Livorno (en italiano): http://www.portolivorno2000.it/it/crociere. La página tiene una sección en inglés pero, al menos cuando la visité, no era demasiado funcional.
En TurismoToscana.es hay una página dedicada a la ciudad: https://www.turismotoscana.es/ciudades-de-toscana/livorno.
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