Desperté por última vez a bordo poco antes de las siete. Tras hacer tres escalas durante la madrugada (Ålesund, Torvik y Måløy) el Finnmarken se aproximaba a Florø, la ciudad más occidental de Noruega y el último puerto antes de llegar a Bergen y el final del viaje. Cuando quise salir a cubierta, navegábamos entre la isla de Hovden y el continente. A la todavía tenue luz del alba, era complicado distinguir algo distinto de las negras siluetas de las montañas costeras. Aproveché para recoger el camarote y hacer la maleta.

Plataforma Scarabeo 5 en Florø

Plataforma Scarabeo 5 en Florø.

Llegamos a Florø mientras desayunaba. No tenía intención de bajar a tierra. Una vez hube terminado el desayuno me limité a echar un vistazo desde cubierta. La economía de Florø ha gravitado tradicionalmente en torno a la pesca del arenque, hasta el punto de contener tres de dichos peces en su escudo. La pesca tradicional ha evolucionado hacia las piscifactorías, para las que la intrincada costa noruega ofrece incontables ubicaciones. Además, al igual que en el resto del suroeste de Noruega, la prestación de apoyo logístico y servicios a la industria del petróleo es un importante complemento de la economía local. Para recordárnoslo, a escasos metros del muelle de atraque de Hurtigruten estaba amarrada la plataforma petrolífera Scarabeo 5.

Amanecer junto a Florø

Amanecer junto a Florø.

Zarpamos a las 8:15, en un amanecer tan hermoso como sereno. Mientras nos alejábamos de Florø navegando hacia el oeste, los primeros rayos de sol comenzaron a iluminar suavemente las cumbres de las cercanas montañas. Pero la aparente calma era engañosa. Navegábamos por una zona con fuertes corrientes, llena de escollos que, en muchas ocasiones, permanecen ocultos bajo el agua. De la superficie del mar brotaban numerosas balizas, unas marcando los pasajes seguros para la navegación, otras señalizando zonas peligrosas.

Faro de Stabben

Faro de Stabben.

Para ayudar en la navegación en aguas tan peligrosas como transitadas, en 1867 se edificó el faro de Stabben, uno de los más pintorescos de Noruega. El faro ocupa toda la superficie de un islote de apenas 300 metros cuadrados. Su torre, ampliada en 1905, apenas se eleva 16 metros sobre la marea alta. Fue automatizado en 1975 y desde 1999 es un edificio protegido, que sigue usando la lente instalada durante la ampliación de 1905. Durante un tiempo fue posible alojarse en la antigua residencia del farero. Desgraciadamente, el exceso de humedad ha obligado a su cierre mientras se realizan las reparaciones necesarias.

Barcos de pesca en Tansøyosen

Barcos de pesca en Tansøyosen.

Tras dejar Stabben a estribor, el Finnmarken viró hacia el sur, navegando entre las islas de Nekkøya y Færøya. El paisaje seguía cambiando, al igual que el día anterior, haciéndose cada vez más suave, mientras simultáneamente aumentaba la presencia humana. Barcos, edificios y piscifactorías salpicaban el entorno, en el que cada vez era más difícil encontrar un rincón no tocado por la mano del hombre. El contraste con el hermosamente áspero paisaje por el que habíamos navegado tan solo un par de días atrás era cada vez más evidente. Lo cual, unido a la perspectiva de que apenas quedaban cinco horas de travesía, me hizo entrar en estado melancólico.

Isla de Alden

Isla de Alden.

Poco después de las nueve, frente a la proa del Finnmarken apareció una imponente mole de roca, que levantó mi estado de ánimo. Se trataba del Norskehesten, la montaña de 460 metros de altura que ocupa casi la totalidad de la isla de Alden. Su silueta me resultaba familiar, pues destaca sobre el paisaje circundante, hasta el punto de ser perfectamente distinguible cuando se navega en un crucero frente a la costa noruega, a pesar de la tendencia de sus capitanes a navegar alejados ésta. Justo lo contrario que el Finnmarken, que nos deleitó navegando a menos de quinientos metros de la isla.

Steinsund

Atravesando Steinsund.

Una hora después, llegábamos frente a un nuevo laberinto de escollos, en el que para mis ojos profanos era imposible encontrar el camino a seguir. Pasamos casi cincuenta minutos navegando entre las islas de Ytre Sula y Steinsundøyna, zigzagueando entre incontables obstáculos. Algunos evidentes a simple vista. En cambio otros, ocultos bajo las aguas, solo eran visibles gracias a las marcas de navegación, que cada vez eran más frecuentes.

Sogneoksen

Sogneoksen.

Tras casi cincuenta minutos, nos adentrábamos en el Sognesjøen, la boca del imponente Sognefjorden. Lo cruzamos por su amplia desembocadura, lejos de Nærøy y Flåm, ubicados en uno de sus brazos meridionales. Mirando hacia la costa, era completamente imposible adivinar el lugar de entrada al fiordo, o tan siquiera sospechar su existencia. Una barrera de cumbres nevadas, aparentemente impenetrable, cubría el horizonte. Pero, en algún lugar frente a mi, había una profunda grieta, de hasta dos mil metros de profundidad entre la parte emergida y la cubierta por el agua, penetrando más de doscientos kilómetros tierra adentro. En cualquier caso, el Finnmarken siguió navegando inexorablemente rumbo sur. Poco después de la once dejábamos atrás el islote de Sogneoksen, cuyo pequeño faro marca el extremo meridional de Sognesjøen.

El faro de Hellisøy desde el este

El faro de Hellisøy desde el este.

Seguimos alternando tramos de navegación entre islas con otros por aguas más despejadas. Hacia mar abierto, había poco más que escollos e islotes que, en el mejor de los casos, apenas levantaban unos metros sobre el mar. Sobre las once y media, llegamos a la altura de la isla de Fedje, en cuyo extremo septentrional se asienta el pequeño pueblo del mismo nombre. Con 42 metros de altura, la isla no es gran cosa, lo que no impidió que me alegrara de verla. Significaba que estaba cerca de un viejo conocido, que me había dado la bienvenida en mis dos viajes anteriores a Noruega: el faro de Hellisøy. Situado en un islote a escasos 50 metros del extremo meridional de Fedje, fue construido en 1855 y tiene una altura de 32 metros. Marca el extremo septentrional del Fedjeosen, el canal de navegación hacia el Hjeltefjorden y la ruta de acceso a Bergen para todos los barcos que no pueden pasar bajo el puente de Sotra. Fue automatizado en 1989 y es otro de los numerosos faros de Noruega en los que es posible alojarse. Aunque, una vez más, su página web está solo en noruego.

Llegando al Herdlefjorden

Llegando al Herdlefjorden.

Superado el faro, nos adentrábamos en aguas conocidas. Era la sexta vez que navegaba por el Hjeltefjorden, por lo que no esperaba ninguna sorpresa en lo poco que quedaba de travesía. Pero la hubo. Sobre las doce y veinte algo llamó mi atención: aparentemente el Finnmarken se había salido de su rumbo. Normalmente, los barcos que navegan hacia el sur van por el lado occidental del Hjeltefjorden y nosotros claramente nos acercábamos cada vez más a su orilla oriental. Frente a nuestra proa teníamos un mar cuajado de islotes, sin ningún paso aparente.

Navegando entre Ypso y Askøy

Navegando entre Ypso y Askøy.

Sin embargo, una vez más había una ruta atravesando el aparente callejón sin salida. A esas alturas no me extrañó lo más mínimo. Navegamos por un estrecho canal, entre las islas de Holsnøy y Stora Agnøy, adentrándonos en el Herdlefjorden. Por última vez navegamos ceñidos a la costa, con continuos cambios de rumbo para esquivar los numerosos escollos y buscar las aguas más profundas. El entorno era cada vez más urbano. A las granjas y piscifactorías se iban añadiendo cada vez más chalets y hasta algún campo de golf.

Puente de Nordhordland

Puente de Nordhordland.

Poco después de la una llegamos al extremo meridional de Holsnøy. A babor se podía ver el puente de Nordhordland, bajo el que se navega durante la excursión en barco al Mostraumen. Inaugurado en 1994, es una curiosa combinación entre puente colgante y pontón, con un viaducto uniendo ambos. Casi de inmediato viramos a estribor, adentrándonos en el Byfjorden. De nuevo estaba en aguas conocidas.

Vågen y el monte Ulriken

Vågen y el monte Ulriken.

Enseguida llegamos junto a los barrios septentrionales de Bergen. El entorno se había vuelto completamente urbano, con edificios trepando desde la orilla del mar a las laderas de las montañas. El monte Ulriken y su inconfundible antena de comunicaciones sobresalían por encima del paisaje circundante. Pasamos frente a la entrada de Vågen, el puerto antiguo de Bergen, para poco después virar frente a la punta noroccidental de Nordnes, buscando la cercana terminal de Hurtigruten en Nøstebukten. Mi largo viaje por la costa noruega daba sus últimas bocanadas.

El Bergensfjord zarpando de Bergen

El Bergensfjord zarpando de Bergen.

Justo al oeste de la terminal de Hurtigruten, un gran ferry pintado de un llamativo color rojo ultimaba los preparativos para zarpar. Era el MS Bergensfjord, un buque de la naviera danesa Fjord Line que pasa el año haciendo travesías entre el suroeste de Noruega y el norte de Dinamarca. A las 13:30, según el Finnmarken se preparaba para la maniobra de atraque, el Bergensfjord zarpó puntualmente con rumbo a Stavanger. Mientras los dos barcos se cruzaban, un puñado de pasajeros de uno y otro buque nos observábamos con mutua curiosidad. Aun no lo sabía, pero en aquel preciso instante comenzó a fraguarse el itinerario de mi siguiente viaje invernal.

Algunos vínculos útiles:

En Hurtigruten en invierno, la guía completa, he preparado una recopilación de todos los artículos del blog sobre mi viaje en el expreso de la costa.

Se puede ver el itinerario completo de mi viaje invernal por Noruega en https://depuertoenpuerto.com/noruega-en-invierno/.

La web oficial de turismo de Noruega tiene una página dedicada a Hurtigruten: https://www.visitnorway.es/organiza-tu-viaje/como-moverse/en-barco/hurtigruten/.

La página del representante de Hurtigruten para España y Portugal está en https://www.hurtigrutenspain.com/destinos/noruega/bergen-kirkenes-bergen/, aunque no permite hacer reservas, solo ver información y solicitar presupuestos.

En inglés, la web oficial está en https://global.hurtigruten.com/destinations/norway/classic-round-voyage-bergen-kirkenes-bergen. Aquí si se pueden ver los camarotes disponibles y hacer la compra en línea.

En la página Life in Norway se puede encontrar una entrada describiendo el mismo recorrido en Hurtigruten (https://www.lifeinnorway.net/hurtigruten-day-12/).

La sección sobre Bergen en visitnorway está en https://www.visitnorway.es/que-ver-en-noruega/noruega-de-los-fiordos/bergen/.

Para los interesados en los faros de Noruega, recomiendo visitar https://lighthousesofnorway.com y http://www.fyr.no (esta última, solo en noruego).

Como siempre, Hurtigruten tiene páginas dedicadas a los distintos puertos del itinerario: Ålesund (https://global.hurtigruten.com/ports/alesund/), Torvik (https://global.hurtigruten.com/ports/torvik/), Måløy (https://global.hurtigruten.com/ports/maloy/), Florø (https://global.hurtigruten.com/ports/floro/) y Bergen (https://global.hurtigruten.com/ports/bergen/).