El complejo conocido como Roppongi Hills fue edificado por Mori Building Company, empresa fundada en 1959 por Taikichiro Mori, quien llegó a ser la persona más rica del mundo a principios de la década de 1990. Sus hijos, Minoru y Akira, desarrollaron Roppongi Hills con la intención de crear un entorno en el que se integraran viviendas con espacios de trabajo y ocio. Durante 14 años, fueron comprando pacientemente más de 400 parcelas de terreno, hasta completar los 109.000 metros cuadrados que ocupa el desarrollo urbanístico. La construcción fue más rápida, completándose entre los años 2000 y 2003. En el centro del complejo se eleva la Torre Mori. Con sus 238 metros, el sexto edificio más alto de Tokio. La mayor parte de la torre está ocupada por oficinas, pero sus plantas superiores alojan un museo de arte contemporáneo, coronado por un espléndido mirador sobre la ciudad.

Tokyo City View

Tokyo City View.

Nuestro principal motivo para visitar Roppongi era el mirador de la Torre Mori. A pesar de no ser demasiado elevada, su ubicación en lo alto de una colina y su relativo aislamiento, sin edificios cercanos que rivalicen con su altura, lo convierten en uno de los más populares de Tokio. Con el atractivo añadido de ser un espacio al aire libre. Al contrario que los demás miradores que pudimos visitar en la ciudad, nada se interponía entre nosotros y la vista nocturna.

Tokyo Tower desde la Torre Mori

Tokyo Tower desde la Torre Mori.

Sin duda, la mejor vista era hacia el este, con los 333 metros de la Tokyo Tower dominando el panorama. No logré hacer una foto que captara la inmensidad del paisaje urbano, con las interminables luces perdiéndose en el horizonte. A mi falta de pericia se unió no disponer de un trípode para que todos mis intentos fueran fallidos. En cualquier caso, pasamos un buen rato sobre la azotea, disfrutando del paisaje y de la refrescante brisa. La escena tenía un punto de irreal. El inmenso tamaño de la ciudad, los sonidos que llegaban hasta las alturas y el incesante parpadear de las luces de balizamiento de los rascacielos parecían trasladarnos al escenario de una película de ciencia ficción.

Accumulation - Searching for the Destination

Accumulation – Searching for the Destination.

Pero en realidad el acceso al mirador tan solo es una especie de «bonus track» de la visita al Museo de Arte Mori. O al revés, como en nuestro caso. Aunque llegamos bastante tarde, aún tuvimos tiempo de hacer un breve recorrido por sus salas. El museo, fundado en 2003, carece de una colección permanente, por lo que las exposiciones cambian periódicamente. Durante nuestra visita, la exhibición principal estaba basada en la obra de Shiota Chiharu, una artista japonesa residente en Berlín. Varias de sus creaciones, compuestas por tramas de hilos de un único color, formaban geometrías extrañas, en las que se mezclaban objetos cotidianos. Viejas maletas, barcas estilizadas o un piano a medio quemar creaban espacios oníricos, en los que era posible moverse casi con completa libertad.

Inside - Outside

Inside – Outside.

Otra de sus creaciones que nos llamó la atención fue Inside – Outside. Una obra creada con decrépitas ventanas desechadas, que Shiota Chiharu había ido recogiendo por las calles de Berlín. Aquí también era posible recorrer el interior de la «escultura», llena de matices y rincones inesperados. Al final, acabamos pasando en la primera parte del museo mucho más tiempo del que inicialmente habíamos planeado. A pesar de ser conscientes de que se acercaba la hora del cierre, era difícil escapar de los fascinantes espacios creados por la artista.

Exhibición de Pixar

Exhibición de Pixar.

Lo cual tuvo como consecuencia que no nos quedara tiempo para completar la visita. El siguiente espacio estaba dedicado a Pixar Animation Studios. Más allá de exponer numerosos personajes de sus películas de animación, la parte principal de la exhibición consistía en consolas y paneles, en los que mostraban el proceso de creación de las películas. Con la peculiaridad de que era posible interactuar y comprobar en tiempo real los cambios efectuados. Parecía tan divertido como interesante, pero encontramos un par de problemas. El primero, que absolutamente todo estaba rotulado exclusivamente en japonés. A lo más que podíamos aspirar era a pulsar botones o mover diales al azar e intentar adivinar el resultado. Peor fue el segundo problema. Entre unas cosas y otras, había llegado la hora del cierre. Con esa extraordinaria amabilidad que suele caracterizar a los japoneses, nos invitaron a salir del museo.

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Para ampliar la información:

La página Japan Experience tiene una breve reseña sobre el museo: https://www.japan-experience.es/ciudad-tokyo/mori-art-museum.

Go Tokyo, el portal oficial de turismo de la ciudad, ofrece alguna información práctica: https://www.gotokyo.org/es/spot/37/index.html.

En nippon.com se puede encontrar una largo e interesante artículo sobre los proyectos urbanísticos de los Mori: https://www.nippon.com/es/views/b08801/.

La web Room tiene una entrada sobre la obra de Shiota Chiharu: https://www.roomdiseno.com/chiharu-shiota-recuerdo-enmaranado/.

En https://depuertoenpuerto.com/tres-dias-en-tokio/ se puede ver nuestra estancia completa, de tres días, en Tokio.

En inglés, la web oficial tanto del museo como del mirador está en https://art-view.roppongihills.com/en/.