Zarpar desde Venecia en un crucero es una experiencia inolvidable. Pero todavía mas increíble es llegar en barco a la ciudad con las primeras luces del alba. Poder contemplar sus plazas, calles y canales vacíos a la tenue luz del amanecer, sin las hordas de turistas y embarcaciones que normalmente los llenan, es una sensación casi mágica.

San Marco al amanecer

San Marco al amanecer.

El Eurodam tenía previsto atracar en la Terminal Marítima de Venecia a las siete de la mañana. En consecuencia, pensé que levantándome a las cinco tendría tiempo de sobra para ver toda la navegación por la laguna. Pero cuando me asomé al exterior, en la popa del barco, pude ver la inconfundible silueta iluminada del Templo de la Paz, en el Lido, alejándose lentamente. A pesar de la poca luz, a estribor se distinguía un parque, que solo podía ser el Jardín de la Bienal. Estábamos a punto de llegar a la altura de San Marco. Me vestí lo mas rápido que pude y cogí la cámara de fotos. Llegué a cubierta justo antes de que el barco alcanzase la Iglesia de la Pietá.

Santa María de la Salute al amanecer

Santa María de la Salute al amanecer.

Una vez mas, no llegábamos a la media docena las personas que disfrutábamos de tan magnífica experiencia. Al igual que la cubierta del Eurodam, el Gran Canal estaba prácticamente vacío. Ni góndolas, ni vaporettos surcaban sus aguas. En la Riva degli Schiavoni no se veía un alma, lo mismo que en la Plaza de San Marco. Una extraña quietud inundaba el ambiente normalmente bullicioso de Venecia. El único ruido que se escuchaba era el de los motores de los dos remolcadores que escoltaban al Eurodam en su lenta travesía por la laguna. Amanecía mientras avanzábamos tranquilamente por el Canal de Giudecca, con el horizonte dominado por las torres y cúpulas de las numerosas iglesias de Venecia.

Amanecer en el Canal de Giudecca

Amanecer en el Canal de Giudecca.

Tardamos unos cuarenta minutos en completar el trayecto hasta la Terminal Marítima, donde llegamos con mas de una hora de anticipación. Una vez atracados, mientras esperábamos para desembarcar, pudimos ver la llegada del Costa Mediterranea y del Queen Victoria, que habían entrado en la laguna detrás del Eurodam. Curiosamente, al Queen Victoria le debimos sobrepasar por la noche, ya que al atardecer del día anterior navegábamos a su popa.

En vaporetto por el Canal de Giudecca

En vaporetto por el Canal de Giudecca.

Tras desembarcar, nos dirigimos a dejar el equipaje en el hotel, situado junto al Gran Canal, en el barrio de Cannaregio. Eran casi las diez de la mañana y Venecia recuperaba su frenético ritmo diario. Las leves nubes que había al amanecer habían desaparecido completamente y el día se presentaba rabiosamente luminoso. Navegando en un vaporetto, casi al nivel del agua, por un Canal de Giudecca en plena actividad, parecía que estábamos en un lugar completamente distinto al que habíamos recorrido unas horas antes.

Algunos vínculos útiles:

Página de la terminal de cruceros de Venecia (en inglés): https://www.vtp.it/en/info-operatori/crociere/

La página reidsitaly tiene una entrada muy informativa sobre cómo llegar a la terminal de cruceros: http://www.reidsitaly.com/destinations/veneto/venice/planning/to_by_ship.html