Zarpamos de Kota Kinabalu, en la costa septentrional de Borneo, a primera hora de la tarde. Teníamos por delante unas 800 millas náuticas y casi 48 horas de navegación hasta Singapur, la escala final del crucero.

Tras salir del puerto natural de Kota Kinabalu y rodear el extremo noroccidental de la isla de Gaya, pronto perdimos de vista la costa. Navegamos el resto de la tarde en un mar tranquilo y prácticamente vacío de barcos. Tras un hermoso atardecer, lo único que logramos ver, ya por la noche, fue alguna plataforma petrolífera. En la distancia, podíamos distinguir las luces y las inconfundibles antorchas de seguridad que delataban su presencia.

Baliza frente a la costa de Sarawak

Baliza frente a la costa de Sarawak.

Al día siguiente, nos despertamos con un bonito amanecer, aunque los negros nubarrones que cubrían parte del cielo no presagiaban un buen día. Durante la noche habíamos pasado frente a Brunei y ahora navegábamos frente a la costa de Sarawak, aunque era imposible verla. Seguía sin haber barcos en el horizonte. Lo único llamativo que vimos en toda la mañana fue una baliza sobresaliendo del agua en medio de ninguna parte. ¿Marcaba aguas poco profundas, era parte del sistema de alerta de tsunamis de Sarawak, o algún tipo de instalación relacionada con la industria del petróleo? He sido incapaz de averiguarlo.

Mar solitario frente a Sarawak

Mar solitario frente a Sarawak.

El resto del día fue todavía mas tranquilo: ni barcos, ni plataformas ni nada de nada. Solo la inmensidad del mar y un cielo que, poco a poco, se iba encapotando. A última hora de la tarde, debíamos pasar entre las islas de Riau y Subi-Besar. Pensé que, con un poco de suerte, vería una de las dos, o la isla de Mida, un poco mas adelante y muy próxima a nuestro rumbo. Pero las nubes que nos habían seguido todo el día acabaron por alcanzarnos. Una cortina de agua cubrió el horizonte, impidiéndonos ver nada durante lo poco que quedaba de la tarde.

Cubiertas vacías en el Celebrity Constellation

Cubiertas vacías en el Celebrity Constellation.

La misma falta de actividad que había en el exterior pareció contagiarse al interior del barco. Las cubiertas, los salones, los largos pasillos, todo estaba prácticamente vacío. Aprovechamos el día para descansar, leer, ver las fotos del viaje y, por supuesto, disfrutar del siempre cambiante espectáculo que ofrecían el mar y el cielo. Una jornada perfecta para tomar fuerzas de cara a los intensos días que teníamos por delante.

Parhelio en el mar de la China Meridional

Parhelio sobre el mar de la China Meridional.

Al día siguiente, cuando nos despertamos, el mar seguía vacío. Había dejado de llover, aunque el cielo estaba casi tan cubierto como el día anterior. Había tres niveles diferentes de nubes, cada uno moviéndose con dirección y velocidad diferente, por lo que los cambios en la luminosidad eran casi continuos. En un momento dado, sobre las ocho de la mañana, pudimos ver un parhelio, hacia el norte del disco solar. Las nubes mas bajas ocultaban el que debía haber hacia el sur, pero aun así el fenómeno fue hermoso.

Un poco antes, sobre las siete y media de la mañana, habíamos divisado un primer barco cerca del horizonte. Pronto se le unieron otros, según nos íbamos acercando a la ruta principal de navegación que discurre entre el estrecho de Singapur y los puertos de Extremo Oriente. El tráfico naval en el Estrecho de Singapur se rige por un esquema de separación de tráfico: el tráfico este – oeste navega por el norte y el oeste – este por el sur del estrecho. Según nos adentrábamos en la ruta, la separación se hacía mas evidente. Continuamente nos cruzábamos con barcos, que pasaban por babor, mientras poco a poco adelantábamos a los cargueros, generalmente mas lentos, que iban quedando a nuestra zaga por estribor. Parecía que fuéramos por una autopista, donde los vehículos sobre ruedas habían sido sustituidos por enormes buques, que se movían lenta y pesadamente sobre carriles virtuales.

Faro de Horsburgh

Faro de Horsburgh.

Sobre las 10:30 llegamos a la altura del faro de Horsburg, que marca el límite oriental del estrecho. Construido entre 1850 y 1851 en el islote de Pedra Branca, el faro es el epicentro de una larga disputa territorial entre Singapur y el estado malasio de Johore, que reclama su soberanía. A pesar de que la Corte Internacional de Justicia falló a favor de Singapur en 2008, en 2017 Malasia ha vuelto a abrir el caso, basándose en el supuesto hallazgo de nuevas evidencias a su favor.

Trafico naval en el estrecho de Singapur

Trafico naval en el estrecho de Singapur.

Con la entrada al estrecho propiamente dicho, se incrementó mas si cabe el tráfico marítimo. Hacia el norte, al abrigo de la costa, fondeaba un sinfín de barcos, de todos los tamaños, tipos y estados de conservación. Enormes portacontenedores junto a pequeñas gabarras. Barcos que parecían recién construidos junto a otros que amenazaban con hundirse en cualquier momento. Remolcadores, barcos de pesca, plataformas petrolíferas, extrañas superestructuras cuya misión no logramos identificar. Nunca en mi vida había visto tal cantidad y variedad de navíos.

Pesquero en el estrecho de SIngapur

Pesquero cruzando el estrecho de Singapur.

Pero también había algún buque atravesando el estrecho en el eje norte – sur. Transbordadores, pesqueros y algún pequeño bote se aventuraban a cruzar perpendicularmente la atestada vía de navegación. Incluso vimos una persecución: un barco de la policía cruzó por nuestra popa intentando dar alcance a una pequeña pero veloz lancha que nos había llamado la atención apenas un minuto antes. La lancha debió de llegar a aguas territoriales de Indonesia, pues la nave de la policía viró bruscamente y se alejó con la misma celeridad con la que había llegado.

Llegando a Singapur

Llegando a Singapur.

Entretenidos con el espectáculo, de pronto vimos que otro barco se acercaba a nosotros: era el práctico del puerto. Sin darnos cuenta, estábamos llegando a Singapur. Aunque llevábamos dos horas navegando por el estrecho, el tiempo había pasado volando. Mas allá de los barcos fondeados frente a la isla, se podía ver el skyline de la ciudad, con la inconfundible silueta del hotel Marine Sands.

Preparándose para repostar

Preparándose para repostar.

Poco antes de la una y media, con algo de adelanto sobre el horario previsto, atracábamos en la terminal de cruceros de Marina Bay. Todavía teníamos una noche por delante en el barco, por lo que no teníamos demasiada prisa por desembarcar. Decidimos esperar a que pasaran las horas de mas calor antes de salir a dar una paseo por Singapur. Después de comer tranquilamente, estuvimos un rato viendo el tráfico que entraba y salía de los muelles mas meridionales del enorme puerto. También nos entretuvimos con las maniobras del Vitality, un «bunker» que traspasaba combustible al Celebrity Constellation.

Ultimo atardecer desde el Celebrity Constellation

Ultimo atardecer desde el Celebrity Constellation.

Finalmente, bajamos a tierra sobre las cuatro de la tarde. Tras un interesante paseo por Orchard Road, regresamos a cenar al barco. Todavía nos dio tiempo a disfrutar de un último atardecer desde nuestra terraza en la popa del crucero.

Barcos al amanecer en el estrecho de Singapur

Barcos al amanecer en el estrecho de Singapur.

Durante la madrugada, poco después de las dos y media, me despertó un ruido extraño. Era el Diamond Princess, atracando en el muelle mas oriental de la terminal. Los muelles habían cobrado súbitamente vida, con un incesante ir y venir de personas y maquinaria, preparándose para la llegada del crucero. Tras contemplar el espectáculo durante un rato, volví a dormirme hasta las seis y media, cuando me despertó la luz del alba. Sin ser el mas hermoso del crucero, nuestro último amanecer a bordo tuvo su encanto. Según llegaba el día, se fueron apagando las luces de los barcos fondeados frente a nosotros. Las nubes mas altas habían desaparecido y el sol hacía extraños juegos de luces entre la cambiantes nubes que flotaban cerca del mar, haciendo que las siluetas de los barcos tan pronto estuvieran perfectamente definidas como se difuminaran en la neblina del amanecer.

Distrito financiero de Singapur desde el Celebrity Constellation

Distrito financiero de Singapur desde el Celebrity Constellation.

La hora límite para dejar el camarote eran las ocho de la mañana. Estuvimos apurando hasta el último minuto, disfrutando de la vista desde la terraza. Por megafonía, iban informando de los tiempos de espera para pasar el control de fronteras de Singapur. Aunque el crucero había zarpado desde el mismo puerto dos semanas antes, los funcionarios de aduanas se empeñaban en comprobar meticulosamente los datos de todos los pasajeros, creando largas colas. Como no teníamos prisa, hicimos tiempo paseando por la proa del barco, que estaba prácticamente vacío. Desde las cubiertas superiores, había una bonita vista del distrito financiero de Singapur y los vacíos muelles de la terminal de Tanjong Pagar. Poco después de las 8:30, avisaron por megafonía: las colas en el control de pasaportes habían desaparecido. Con pena, desembarcamos por última vez del Celebrity Constellation.

Algunos vínculos útiles:

En el blog La Mar de Historias hay una breve entrada sobre el estrecho de Singapur: http://blogs.grupojoly.com/la-mar-de-historias/2010/09/11/el-barco-casino-leisure-world-6ª-parte/.

En https://depuertoenpuerto.com/crucero-mar-de-la-china-meridional/ se puede ver el itinerario completo de nuestro crucero por el mar de la China Meridional.

En inglés, History Delocalized es un interesante blog centrado en la cartografía y la historia de Singapur y su estrecho: http://historydelocalized.blogspot.com.

Desde el punto de vista práctico, la web de la terminal de cruceros de Marina Bay se puede consultar en https://mbccs.com.sg.