Olimpia está a poco mas de treinta y tres kilómetros por carretera del puerto de Katakolon. Cuando llegamos a puerto, no teníamos demasiado claro cómo íbamos a hacer el trayecto. Había una línea de ferrocarril, pero no parecía estar operativa. Todo indicaba que la habían cerrado, debido a las restricciones presupuestarias griegas. Pero decidimos confiar en que, en un país en el que la industria turística es tan importante, encontraríamos el medio de llegar.

Transporte Katakolon - Olimpia

Transporte para Olimpia

Nos equivocamos. Nosotros no encontramos el medio de transporte, mas bien fue al revés. En cuanto salimos del barco, empezó a acercársenos gente para vendernos el traslado hasta Olimpia. Todos ofrecían básicamente lo mismo, por lo que decidimos irnos con el que parecía tener mas clientela, con la idea de que sería el primero en salir.

El viaje duró algo menos de tres cuartos de hora, por un paisaje bastante monótono. Cuando llegamos a la parte moderna de Olimpia, el autobús nos dejó en pleno casco urbano, en la calle Praxiteli Kondyli, imagino que para ahorrarse el coste del aparcamiento que había un poco mas adelante. Tuvimos que andar unos quinientos metros hasta las taquillas del recinto.

Filipeo y Templo de Hera, en Olimpia

Filipeo y Templo de Hera.

El yacimiento arqueológico está ubicado en una zona boscosa, lo cual añade encanto (y sombra) al lugar. Es bastante amplio, por lo que apenas se notaba la elevada afluencia de visitantes. Únicamente había que esquivar los grupos organizados, que en cualquier caso solían ir bastante rápidos, por lo que bastaba con dejar que pasaran de largo. Se puede visitar tanto el emplazamiento arqueológico como un museo cercano. Consideramos que, por el tiempo disponible y los problemas de movilidad de Olga, que seguía con sus muletas a cuestas, no nos daría tiempo a visitarlo todo. Decidimos centrarnos en visitar las ruinas.

Filipeo, en Olimpia

Filipeo.

Tengo que decir que no soy aficionado al deporte. Por tanto, fui a Olimpia con un punto de escepticismo. Al contrario que a la mayor parte de los visitantes, no me llamaba especialmente la atención el hecho de visitar la cuna de los Juegos Olímpicos. A pesar de lo cual, la visita me encantó. No soy un experto, pero el tratamiento de la excavación me pareció bastante adecuado. Apenas se han incorporado elementos nuevos, salvo en los casos en que eran estrictamente necesarios para la estabilidad de algún conjunto, como en el Filipeo, donde se han añadido algunos sillares en la base de las columnas restauradas. La combinación de las ruinas con la vegetación le daba al yacimiento un aspecto que habría hecho las delicias de cualquier pintor romántico.

Placa explicativa Ninfeo de Herodes Ático

Placa explicativa del Ninfeo de Herodes Ático.

Repartidos por el yacimiento se encuentran paneles informativos, en griego, inglés y alemán, con una breve descripción del monumento y abundante material gráfico, que ayudan a comprender tanto su historia, como su apariencia y función originales.

Ruinas del templo de Zeus, en Olimpia

Ruinas del templo de Zeus

Personalmente, me impresionaron especialmente las ruinas del Templo de Zeus. Considerado como el modelo de todos los templos de estilo dórico, albergaba la famosa estatua del dios Zeus, una de las siete maravillas del mundo clásico. La decadencia del templo, y la de Olimpia en general, corrió en paralelo con la cristianización del Imperio Romano. Alrededor del año 393 Teodosio I, el último gobernante del Imperio unificado, prohibió los Juegos Olímpicos. En el 426 su sucesor en Oriente, Teodosio II, dio la orden de destruir los templos paganos. En ese momento, se pierde la pista de la estatua de Zeus que, según algunas fuentes, fue trasladada a Constantinopla. Lo que quedaba del templo se destruyó en dos terremotos sucesivos, en los años 522 y 551. A principios del siglo XIX se extrajeron varias piezas de los frontales, que se llevaron al Louvre, aunque otras se conservan en el museo de Olimpia. Hoy, además de su base, todo lo que queda del templo son sus enormes sillares de piedra caliza, desparramados alrededor de su antiguo emplazamiento. Todavía es posible distinguir las piedras que formaban algunas de las columnas, volcadas como si fueran los bloques de un gigantesco juego de construcción.

Taller de Fidias, en Olimpia

Taller de Fidias.

Cerca del templo está el taller en el que Fidias creó la monumental estatua de Zeus. Durante su excavación, se han encontrado diversos utensilios utilizados para construir la estatua, e incluso un vaso con el nombre de Fidias. En el siglo V, el edificio fue reconvertido en una iglesia cristiana. Todo un símbolo.

Algunos vínculos útiles:
Muy completa e instructiva la entrada de la Wikipedia, llena de vínculos a artículos sobre el contexto histórico, los juegos o distintos edificios: https://es.wikipedia.org/wiki/Olimpia.

En http://perseo.sabuco.com/patrimonio/Olimpia.pdf se puede descargar una breve guía en PDF sobre el yacimiento.

Entre la auténtica avalancha de información que hay sobre Olimpia, es complicado encontrar algo interesante. En https://www.heraldo.es/noticias/blog/2015/08/28/olimpia-eterna-magica-1253717-2261124.html hay una reflexión sobre un viaje por la zona.

El blog Gastasuelas tiene una entrada con información práctica: http://gastasuelas.com/viaje-a-olimpia-grecia-santuario-y-cuna-de-las-olimpiadas/.

Parece que vuelve a funcionar el tren desde Katakolon. Al menos, la página web ha sido actualizada: http://www.trainose.gr/en/tourism-culture/train-and-recreation/katakolo-olympia/.

En https://depuertoenpuerto.com/crucero-mediterraneo-oriental/ se puede consultar el itinerario completo de nuestro viaje por el Mediterráneo Oriental.