Undécimo día navegando en el Finnmarken. El último que pasaría completo en el barco, ya que al día siguiente el viaje llegaba a su fin en Bergen. La anterior jornada, navegando por la hermosa costa de Helgeland, había sido bastante intensa. Rematada por una aurora boreal que me mantuvo despierto hasta pasada la media noche. Me acosté tarde y cansado. Cuando quise despertar a la mañana siguiente, ya estábamos atracados en Trondheim.

Breve paseo invernal por Trondheim.

Aproveché la escala, relativamente larga para lo habitual en Hurtigruten, para dar un interesante paseo hasta la fortaleza de Kristiansten, que además me permitió recorrer parcialmente el tradicional barrio de Bakklandet.
Zarpando de Trondheim

Zarpando de Trondheim.

Zarpamos a las diez de la mañana. Hacía un frío intenso, aunque la temperatura había subido tres o cuatro grados desde los once bajo cero del amanecer. Y el sol brillaba con una fuerza que llevábamos días sin ver. Desde las gélidas aguas del amplio Trondheimsfjorden, se levantaban pequeños jirones de neblina. En algunas partes del fiordo, los jirones se elevaban sobre la superficie del agua, fusionándose unos metros más arriba. Era como ver en directo la formación de una nube. Entretenido con el fenómeno, apenas presté atención a Munkholmen, el islote fortificado frente a Trondheim.

Stadsbygd

Stadsbygd.

Una hora después de zarpar, llegamos frente al pueblo de Stadsbygd, en la costa septentrional del fiordo. Junto a su pequeño puerto, se levanta el curioso faro de Rødberg. Construido en 1881, estuvo operativo hasta 1902. Volvió a funcionar en 1919, aunque en esta ocasión como campana de niebla, o tåkeklokke en noruego, hasta su cierre definitivo en 1986. Desde entonces se conserva en perfecto estado debido a su valor histórico. Es la única estructura de su clase intacta al norte de Oslo.

Disfrutando del sol en Trondheimsleia

Disfrutando del sol en Trondheimsleia.

Seguimos navegando, ahora con rumbo NNO, por el brazo que comunica el Trondheimsfjorden con mar abierto. El paisaje me era familiar, pues lo habíamos atravesado ocho días antes. Aunque, en esta ocasión, el mar y el aire estaban más calmados. Poco antes del medio día llegamos frente al faro de Agdenes, donde el Finnmarken viró 90 grados a babor, hacia rumbo OSO. El día era espléndido. La temperatura había ido subiendo según avanzaba la mañana y nos acercábamos a mar abierto. Tanto, que hubo quien aprovechó para salir a tomar el sol en cubierta. Yo entre ellos, que por primera y última vez usé una de las sillas que había en cubierta. Después de tantos días en los que estar en el exterior del barco era una experiencia generalmente dura, a veces incluso mortificante, poder disfrutar de los tibios rayos de sol, mientras el paisaje noruego desfilaba ante tus ojos, fue tanto un placer como una novedad.

Hemnefjorden

Hemnefjorden.

El precio a pagar por tan buen tiempo fue un cambio en el entorno. Las agrestes cumbres nevadas de Helgeland habían dado paso a un paisaje mucho más suave. Bonito, pero incomparable con el de días anteriores. Navegábamos por Trondheimsleia, un canal natural de 94 kilómetros de longitud, separado del mar por una sucesión de islas. Entre éstas destaca Hitra, que con 685 kilómetros cuadrados de superficie es la más extensa de Noruega al sur de las Lofoten. A babor, las colinas rocosas de la costa se convertían hacia el interior en pequeñas montañas, que casi nunca alcanzaban los 500 metros de altura, en su mayor parte cubiertas por bosques. La nieve escaseaba cada vez más en las cotas bajas. Solo en la lejanía, difuminadas por la bruma, se entreveían las blancas montañas de Dovrefjell. A estribor, el paisaje era todavía más suave. La cumbre más alta de Hitra apenas llega a los 345 metros. Y la nieve era todavía más escasa, hasta el punto de estar totalmente ausente en las proximidades del mar. Al contrario que el tráfico marítimo, que alcanzaba una notable intensidad. A los catamaranes rápidos, tan habituales en casi cualquier parte de la costa noruega, se unía el continuo trajín de los ferris y buques de cabotaje.

Faro de Terningen

Faro de Terningen.

Poco después de pasar sobre el túnel de Hitra, el segundo más profundo de Noruega, llegamos a la altura del faro de Terningen. La pequeña estructura, de apenas 12 metros de altura, emite una luz que puede ser vista a 13 millas náuticas. Como tantos faros de Noruega, permanece inactivo durante los días cercanos al solsticio de verano, durante los que no se alcanza la oscuridad suficiente para que sea efectivo. En el caso concreto de Terningen, del 17 de Mayo al 20 de Julio. Operativo desde 1833, fue automatizado en 1986. Parece que es posible alojarse en la antigua residencia del farero, aunque su página web está exclusivamente en noruego.

Faro de Tyrhaug

Faro de Tyrhaug.

Ya después de comer, llegamos junto al faro de Tyrhaug, ubicado en Ringholmen, un islote junto a la isla de Edøya próximo al acceso meridional de Trondheimsleia. El faro está activo desde 1833, aunque la torre actual, de 14 metros, se edificó en 1848. Se automatizó en 1967, dejando de tener un farero residente. Accesible solo en bote, aparentemente es complicado poderlo visitar.

Iglesia de Edøy

Iglesia de Edøy.

Pero no todo iban a ser faros. Muy cerca del extremo sur de Edøya pasamos frente a la antigua iglesia de Edøy. Se estima que el edificio de piedra fue construido entorno a 1190. Por su cercanía a la costa, era muy popular entre los marinos de la zona, ya que podían fondear con facilidad en sus proximidades. Al final se quedó pequeña y en 1885 fue sustituida por otra mayor, construida en una isla cercana. Abandonada, la iglesia sufrió un incendio en 1887. De las piezas que sobrevivieron, el altar fue trasladado a un museo en Kristiansund, donde fue destruido por los bombardeos alemanes. Los mismos alemanes, utilizaron las ruinas de la iglesia como almacén de municiones durante la ocupación. Restaurada entre 1946 y 1947, actualmente es un lugar protegido por su relevancia histórica.

En el Edøyfjorden

En el Edøyfjorden.

Mientras, en el costado de babor, el paisaje iba cobrando más interés. Pasamos del Trondheimsleia al Edøyfjorden, navegando frente a las islas de Stabblandet y Tustna, ambas con cimas en el entorno de los 900 metros. A estribor se podía ver a lo lejos el faro de Grip, construido entre 1885 y 1888. Con 44 metros de altura, es el segundo más alto de Noruega. Está situado en un archipiélago formado por más de 80 islas y escollos. En la isla principal hay un poblado de pescadores abandonado, con una iglesia de madera del siglo XIV. A pesar de no tener residentes de forma permanente, Grip sigue siendo un destino muy popular en los meses de verano, al que se puede acceder en barco desde Kristiansund.

Gomalandet

Gomalandet.

Precisamente Kristiansund era nuestra siguiente escala. La ciudad fue fundada en 1742 por el rey danés Christian VI, aunque se cree que el lugar llevaba poblado al menos ocho mil años. Antes de su fundación oficial, era conocido como Fosen, procedente de la palabra usada en noruego antiguo para designar un lugar oculto, en el que es posible esconderse. Y desde luego, en una costa en la que si algo no falta son los puertos naturales, el de Kristiansund logra destacar. La ciudad se ubica en tres islas. En una de ellas, Kirkelandet, se adentra la ensenada que aloja el puerto antiguo, con su boca orientada al fondeadero central. El resultado es un amplio puerto con tres salidas, todas ellas protegidas de los embates del mar.

Vågen en Kristiansund

Vågen

Tras dar un rodeo hacia el oeste, entramos en el puerto por el canal entre las islas de Kirkelandet e Innlandet. El punto de atraque de Hurtigruten está en la parte occidental de Kirkelandet, justo a la entrada de Vågen, el puerto antiguo. La escala era de apenas media hora, aunque una vez más habíamos llegado con cierto adelanto. Me animé a dar una vuelta por el puerto. Kristiansund es una ciudad moderna. Fue bombardeada por los alemanes durante cinco días entre abril y mayo de 1940, dejándola prácticamente arrasada. En el poco tiempo del que disponía, di un paseo por los muelles, para acabar subiendo por Kaibakken hasta un pequeño parque en Hauggata, desde el que se dominaba buena parte del puerto. Desde allí, regresé dando un pequeño rodeo hacia Vågen.

La mujer del bacaladero

La mujer del bacaladero.

Antes incluso de su fundación oficial, la zona era famosa por el secado de bacalao, que generalmente se exportaba al sur de Europa. La actividad se expandió en el siglo XVIII, hasta el punto de no ser posible abastecer la demanda con la pesca local, que era complementada con bacalao de las Lofoten y Finnmark. De aquella época, queda la presencia de varios consulados en la pequeña ciudad, entre ellos el de Portugal. Y la tierra del antiguo cementerio, traída desde España como lastre en los barcos que regresaban vacíos. En 1992, para conmemorar el 250 aniversario de su fundación, la reina de Noruega regaló a la ciudad una escultura de Tore Bjørn Skjølsvik, representando a una de las sufridas mujeres de los pescadores. Se ubica en el muelle que hay al final de la calle Kaibakken.

Plataformas petrolíferas en Averøy

Plataformas petrolíferas en Averøy.

Zarpamos a las cinco en punto, mientras los últimos rayos de sol iluminaban las casas de Norlandet. El Finnmarken navegó entre Innlandet y Nordlandet, por el único de los tres accesos al puerto que no está atravesado por un puente. Nada más salir, un par de enormes estructuras llamaron mi atención. Eran dos plataformas petrolíferas fondeadas junto al complejo industrial de Averøy, imagino que recibiendo mantenimiento. Bajo la difusa luz crepuscular, su aspecto y su tamaño eran imponentes, casi de otro mundo. Además de un recordatorio de que la zona entorno a Kristiansund se ha convertido en una de las más importantes en la logística de la potente industria noruega de extracción de crudo.

Dejamos atrás Kristiansund en medio de un sereno anochecer. El último a bordo del Finnmarken. Nuestro siguiente destino era Molde, una escala de 45 minutos que coincidía con la hora de la cena. Había desembarcado en Molde durante el trayecto rumbo norte y era otra de las ciudades noruegas asoladas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. No merecía la pena bajar a tierra. Media hora antes de llegar a puerto, mientras navegábamos entre el continente y la isla de Øtroya, hubo una aurora boreal, prácticamente imperceptible, justo sobre el horizonte. Pensé que sería la última del viaje, pero estaba equivocado. La intensa tormenta solar del día anterior había ido a más y la zona de visibilidad llegaba ahora incluso al sur de Stavanger. Al filo de las once, en una zona especialmente oscura del Nogvafjorden, regresó la aurora. No fue especialmente hermosa. Un resplandor verdoso, prácticamente estático y tan bajo en el horizonte que la isla de Skuløya, con menos de 500 metros de altura, lograba ocultarlo parcialmente. Esa si fue la última del viaje, aunque personalmente hubiera preferido quedarme con el recuerdo de la noche anterior.

Algunos vínculos útiles:
En Hurtigruten en invierno, la guía completa, he preparado una recopilación de todos los artículos del blog sobre mi viaje en el expreso de la costa.

Se puede ver el recorrido completo de mi viaje invernal por Noruega en https://depuertoenpuerto.com/noruega-en-invierno/.

La web oficial de turismo de Noruega tiene una página dedicada a Hurtigruten: https://www.visitnorway.es/organiza-tu-viaje/como-moverse/en-barco/hurtigruten/.

La página del representante de Hurtigruten para España y Portugal está en https://www.hurtigrutenspain.com/destinos/noruega/bergen-kirkenes-bergen/, aunque no permite hacer reservas, solo ver información y solicitar presupuestos.

En inglés, la web oficial está en https://global.hurtigruten.com/destinations/norway/classic-round-voyage-bergen-kirkenes-bergen. Aquí si se pueden ver los camarotes disponibles y hacer la compra en línea.

En la página Life in Norway se puede encontrar una entrada describiendo el mismo recorrido en Hurtigruten (https://www.lifeinnorway.net/hurtigruten-day-11/) y otra sobre Kristiansund (https://www.lifeinnorway.net/kristiansund-small-town-big-personality/).

Para los interesados en los faros de Noruega, recomiendo visitar https://lighthousesofnorway.com y http://www.fyr.no (esta última, solo en noruego).

La sección sobre Kristiansund en visitnorway está en https://en.visitnorthwest.no/kristiansund/.

El blog de Holland America Line Captain Albert’s Blog tiene una entrada sobre el puerto: https://www.captainalbert.com/22-july-2009-kristiansund-norway/.

Como siempre, Hurtigruten tiene páginas dedicadas a los distintos puertos del itinerario: Trondheim (https://global.hurtigruten.com/ports/trondheim/), Kristiansund (https://global.hurtigruten.com/ports/kristiansund/) y Molde (https://global.hurtigruten.com/ports/molde/).