La pequeña ciudad de Stokmarknes, en la isla de Hadseløya, tiene una larga relación con Hurtigruten. Sus oficinas estuvieron aquí ubicadas desde la fundación de la compañía hasta el traslado de la sede central a Tromsø en 1988. Fruto de esta historia en común, junto a los muelles de su puerto se levanta el Museo de Hurtigruten. El Finnmarken atracaba a escasos metros de su entrada. Aunque la escala apenas duraba una hora, era una magnífica ocasión para visitar sus instalaciones.

Museo Hurtigruten de Stokmarknes

Museo Hurtigruten de Stokmarknes.

Según nos aproximábamos a los muelles, el cercano museo era perfectamente visible. Por un lado Hurtigruten Hus, un gran cubo gris en el que se ubican las salas de exposición. Por otro el Finnmarken, el antecesor del barco homónimo en el que a esas alturas llevaba viajando nueve días. La vista del anterior Finnmarken era un tanto extraña. Varado en tierra y cubierto por un tejado provisional de planchas metálicas, su aspecto recordaba el de una especie de Arca de Noé primigenia.

Maqueta del Vesterålen

Maqueta del Vesterålen.

Comencé la visita recorriendo las salas del museo. Si visitar el Museo Hurtigruten ya es una experiencia interesante para cualquier aficionado a los barcos, hacerlo durante una escala, mientras se recorre la costa en uno de sus buques, es poco menos que imprescindible. En sus exposiciones se comprende la importancia que tuvo la ruta antes de la construcción de los pequeños aeropuertos que actualmente salpican la costa noruega. Durante décadas, Hurtigruten era la única forma de llegar a muchos de los asentamientos más remotos de la costa en cualquier época del año.

Un novedoso método de navegación.
En la era del GPS y las cartas náuticas digitales, es difícil comprender hasta que punto revolucionó Hurtigruten el transporte en la costa noruega. Tradicionalmente, la navegación de cabotaje en Noruega se hacía a la luz del día. Se consideraba que era la única forma de saber con certeza la posición del barco. Lo cual, unido a la presencia a bordo de pilotos con amplia experiencia en los entresijos de la complicada costa, permitía sortear el auténtico laberinto de obstáculos. Si a esto unimos la escasa duración de los días invernales en las zonas septentrionales, la navegación durante buena parte del año era poco menos que imposible.

Maqueta del primer Vesterålen

Richard With lo cambió todo, aprovechando el sistema de navegación por cronómetro desarrollado por Anders Holthe, que permitía navegar en condiciones de baja o nula visibilidad. Zarpó de Trondheim el 2 de Julio de 1893, comandando el Vesteraalen, y llegó al día siguiente a Bodø. Allí le esperaba prácticamente la población al completo, banda de música incluida. El recibimiento en Tromsø y Hammerfest fue igual de multitudinario. El nuevo servicio, subvencionado por el gobierno, recibió el nombre de Ruta Express, o Hurtigruten en noruego.

Inicialmente el recorrido partía de Trondheim, llegando hasta Hammerfest en verano, pero no pasando de Tromsø en invierno. A lo largo de la ruta no había muelles adecuados para los vapores, que se fueron construyendo en los años sucesivos. En aquella época se llegaba a los barcos de vapor mediante botes, en los que transportaban tanto las mercancías como el correo y las personas. Gamvik, el último puerto en el que se utilizaban las lanchas, fue excluido de la ruta en 1990. Actualmente los barcos están equipados con rampas automáticas, tanto para los vehículos y las mercancías como para el pasaje. En muchas escalas, de apenas 15 minutos, el barco llega a puerto bajando sus rampas y vuelve a zarpar con éstas apenas levantando unos centímetros del suelo.

Ruta de Hurtigruten por las Lofoten

Con los años, la ruta aumentó su frecuencia y se fue prolongando, hasta Bergen en el sur y Kirkenes en el extremo nororiental de Noruega. Incluso durante un breve periodo, entre 1968 y 1982, llegaba hasta las remotas islas Svalbard, con una escala semanal tanto en Longyearbyen como en Ny-Ålesund. Se fueron añadiendo algunos puertos y se quitaron otros. Incluso se modificó sustancialmente el itinerario a través de las Lofoten, tras el dragado entre 1911 y 1922 del paso por Risøysundet. Actualmente la ruta entre Bergen y Kirkenes cubre un recorrido cercano a los 2.300 kilómetros en cada sentido, haciendo escala en 34 puertos.

Maquetas de los numerosos barcos que han formado parte de la flota, fotografías, mapas de las rutas, objetos procedentes de los barcos retirados del servicio, diaporamas y paneles explicativos llenan las salas del museo. Todo con explicaciones en noruego, inglés y alemán. Un recorrido realmente interesante.

El Finnmarken desde la popa del Finnmarken

El Finnmarken desde la popa del Finnmarken.

El complemento perfecto del museo propiamente dicho es el Finnmarken. El buque estuvo en servicio entre 1956 y 1993. Seis años después fue instalado junto al museo. El barco se mantiene tal como era durante sus años de servicio. Recorrer su laberíntico interior es lo más parecido a hacer un viaje al pasado no tan remoto de la navegación. Desde los camarotes hasta el puente de mando, es interesante comprobar como han cambiado los barcos en poco más de medio siglo. Indudablemente a mejor. A pesar de que los camarotes actuales de Hurtigruten pueden parecer pequeños y espartanos, son sin duda más confortables que los de la anterior generación de barcos. Al igual que los salones y zonas comunes, mucho más luminosos y abiertos al espectacular paisaje noruego.

Puente del antiguo Finnkarken

Puente del antiguo Finnkarken.

Mención aparte merece el puente de mando. Aun hoy tiene un indudable mérito navegar por la costa noruega como lo hacen los barcos de Hurtigruten. Pero hacerlo con los medios del Finnmarken de mediados del siglo XX era toda una proeza. Por no hablar de los orígenes de la compañía, cuando los puentes eran abiertos, para que sus navegantes pudieran literalmente sentir los cambios en las condiciones, tanto del buque como del entorno.

Publicidad antigua de Hurtigruten

Publicidad antigua de Hurtigruten.

Fue una pena disponer de menos de una hora para recorrer el museo. Al menos hubiera necesitado el doble. Apuré casi hasta el último minuto y, al salir, no pude curiosear en la tienda de recuerdos. Creo que tenían algún libro interesante, pero prácticamente tuve que ir corriendo hasta el Finnmarken. No fui el único.

Zarpando de Stokmarknes

Zarpando de Stokmarknes.

Según nos alejábamos del puerto, navegando en el nuevo Finnmarken, eché un último vistazo a su antecesor. No pude evitar sentir una cierta lástima por el barco, varado en tierra y cubierto por un tejado que le daba un aspecto grotesco. Pero esa imagen durará poco. Según escribo estas lineas, más de un año después, ya está en marcha la ampliación del museo. Se va a construir un edificio que encapsulará al Finnmarken por completo. El proyecto, que debería estar acabado en 2020, devolverá al veterano buque su aspecto original y un lugar digno, integrado en las instalaciones de un museo completamente renovado.

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Algunos vínculos útiles:
Se puede ver todo el recorrido invernal que realicé por Noruega en https://depuertoenpuerto.com/noruega-en-invierno/.

En inglés, la página sobre Stokmarknes en la web de Hurtigruten está en https://global.hurtigruten.com/ports/stokmarknes/.

Museum Nord, la gestora del museo, tiene una web en la que ofrece información básica: https://www.museumnord.no/en/hurtigruten-museum/.

También se puede consultar la página oficial del museo en https://hurtigrutemuseet.no/en/.

La página Life in Norway tiene una breve entrada sobre la ampliación del museo: https://www.lifeinnorway.net/new-hurtigruten-museum-design-announced/.