Todos los aeropuertos del mundo tienen aparcamientos, paradas de taxis y de autobuses . . . Algunos, como el de Amsterdam, tienen una estación de tren adosada. Otros, como el de Madrid, conectan directamente con el metro. Como no podía ser menos, Marco Polo, el aeropuerto de Venecia, tiene un embarcadero. Así, es posible bajar del avión y subir en un barco para llegar a la ciudad de la laguna.

Pasillo de comunicación con la nueva terminal acuática.

Hasta hace poco, no era una opción cómoda. El pequeño puerto se encuentra junto al extremo suroeste del aparcamiento. Tras recoger el equipaje, había que salir al parking y andar casi un kilómetro por un camino parcialmente cubierto. Muy incómodo. Pero finalmente, tras una interminable obra, en Noviembre de 2016 se abrió al público la nueva «terminal acuática» de Marco Polo. Ahora, la conexión entre el vestíbulo de llegadas del aeropuerto y el embarcadero se hace a través de un largo pasillo, completamente cerrado, climatizado y con cintas transportadoras, que sale directamente desde la primera planta del aeropuerto. Sin necesidad de salir a la calle, en un paseo de unos diez minutos, se llega cómodamente a la zona de embarque. No tiene pérdida, solo hay que seguir las indicaciones azules que indican «Water Transport».

Terminal acuática de Venecia – Marco Polo

Al final del largo pasillo, unas escaleras mecánicas descienden al embarcadero, también construido recientemente. Un amplio vestíbulo semi cubierto permite acceder a los distintos muelles. En el mismo vestíbulo se pueden comprar los billetes para el transporte. Todo muy limpio, organizado y bien señalizado. Nada que ver con lo que había antes.

Barcos de las lineas naranja (izq.) y azul (der.) de Alilaguna.

Desde el embarcadero salen las distintas líneas de Alilaguna, así como las lanchas que hacen las veces de taxis. Alilaguna tiene dos lineas regulares, que refuerza con una tercera en la temporada alta. La linea que va a la terminal de cruceros es la azul. Da una rodeo tremendo, ya que primero se dirige a Murano, luego a Venecia y a continuación al Lido, para después regresar a Venecia y, recorriendo el canal de Giudecca (el mismo por el que salen los cruceros), llegar a la terminal de Stazione Marittima. Un recorrido de más de una hora y media que, a priori, puede parecer atractivo. Pero, al contrario que los barcos de ACTV, que son relativamente abiertos, los de Alilaguna no lo son tanto. Si el barco va lleno, el recorrido puede ser poco agradable.

Si realmente quieres hacer una llegada glamurosa al puerto de cruceros, lo mejor es hacerlo en un taxi acuático. Eso sí, el capricho te saldrá por más de 100 €.

La opción económica es el autobús. Aunque parezca un poco contra natura coger un autobús en Venecia, hay que tener en cuenta que Santa Croce es el único barrio de la ciudad al que llega el tráfico rodado. El trayecto en autobús hasta Plaza de Roma dura unos 25 minutos y cuesta 8 €. Una vez en Plaza de Roma, hay que coger un pequeño monorraíl, al que se accede con el mismo billete de autobús, que tiene una parada junto a la terminal de cruceros.

Interior de un barco de la linea naranja de Alilaguna.

La linea naranja de Alilaguna, hace un recorrido más directo hacia Venecia. Tarda unos treinta minutos en llegar a su primera escala, en Madonna del Orto. Desde allí, se dirige hacia el Gran Canal, a través del Canal de Cannaregio. Va haciendo diversas paradas hasta que llega a las inmediaciones de San Marco. En total, tarda poco más de una hora. Sus barcos son bastante claustrofóbicos. Poco más que dos bancos enfrentados en un compartimento muy reducido. Tan reducido, que las maletas las dejan en una pequeña cubierta superior.

Saliendo del embarcadero de Guglie.

Con todos sus defectos, las líneas de Alilaguna pueden ser una opción cómoda para llegar al hotel en Venecia, si éste se encuentra cerca de alguna de sus paradas. Nosotros usamos esta opción en nuestro viaje de 2016. Llegamos muy tarde al aeropuerto, por lo que íbamos prácticamente solos en el barco. Tardamos cincuenta minutos en llegar a San Stae, donde teníamos el hotel. El regreso lo hicimos por el mismo medio. Pero cuidado: los barcos son bastante pequeños, por lo que no tienen mucha capacidad. En nuestro regreso a Marco Polo, el barco iba prácticamente lleno cuando llegó al embarcadero de Guglie, en Cannaregio. Solo dejaron subir a los cuatro primeros, dejando al resto en tierra. Con una frecuencia de media hora entre barcos, puede acabar siendo un problema llegar al aeropuerto en hora.

Un vaporetto de la linea 1.

Una última advertencia. ACTV tiene dos paradas de vaporetto con la denominación Tronchetto, pero ninguna está ubicada en la terminal de cruceros. Aunque, con relativa frecuencia, se utiliza el nombre de Tronchetto para referirse al puerto de cruceros de Venecia, en sentido estricto éste nombre se refiere a una isla artificial cercana, en la que hay un aparcamiento y atracan los ferris. En Venecia no es buena idea equivocarse de isla, sobre todo cargado de maletas.

Algunos vínculos útiles:
En este mismo blog, quien tenga curiosidad sobre cómo es un viaje en «taxi acuático» entre Venecia y su aeropuerto puede visitar https://depuertoenpuerto.com/de-venecia-a-madrid/.

Página oficial de Alilaguna (en español): http://www.alilaguna.it/es.

ACTV, la empresa que gestiona los autobuses y los vaporettos de Venecia, tiene una página un tanto enrevesada (en italiano, con partes traducidas a inglés): http://actv.avmspa.it/it. También tiene un planificador de rutas (igualmente complicado), en http://muoversi.venezia.it.

En visit-venice-italy.com, se puede encontrar una lista bastante completa de precios de distintos itinerarios en taxi acuático (en inglés): http://www.visit-venice-italy.com/transport-venice-motoscafo-boats.htm.

En http://europeforvisitors.com/venice/articles/venice-people-mover.htm hay un artículo con información sobre el monorraíl de Plaza de Roma a Tronchetto.

Página oficial de la terminal de cruceros de Venecia (en inglés e italiano): https://www.vtp.it/en/info-operatori/crociere/.